Eslovaquia se une a España, Alemania, Francia, Italia, Unión Soviética, Chequia, Portugal, Países Bajos, Dinamarca y Grecia como los países ganadores de la Eurocopa por ser parte del triunfo alcanzado hace 49 años en el torneo de 1976.
Y es que, tras más de tres décadas de independencia de la República Checa, la UEFA reconoció a Eslovaquia como campeón europeo de fútbol. El ente rector del fútbol europeo determinó que el título de la Euro 1976, que ganó Checoslovaquia en Belgrado (antigua Yugoslavia) pertenece no solo a Chequia, sino también a la República Eslovaca.
Durante años, el trofeo se atribuyó exclusivamente a la selección checa. Sin embargo, la parte eslovaca del triunfo es innegable: en la final contra Alemania Occidental, ocho jugadores eslovacos estuvieron en el campo, y el asistente del seleccionador Václav Ježek fue un eslovaco, Jozef Vengloš.
La final de la Eurocopa 1976 en Belgrado que ganaron Eslovaquia y Chequia
El torneo de 1976 en Yugoslavia fue uno de los más dramáticos de la historia de la Eurocopa de Naciones. Checoslovaquia sorprendió al mundo del fútbol al derrotar a Holanda por 3-1 en la prórroga de la semifinal de Zagreb (hoy capital de Croacia), antes de enfrentarse a la vigente campeona del mundo en aquel entonces, Alemania Occidental, en Belgrado.
Los tempraneros goles de Ján Švehlík y Karol Dobiaš dieron a Checoslovaquia una ventaja de 2-0. Dieter Müller acortó distancias en el minuto 28 y, a falta de segundos para el final, Bernd Hölzenbein empató para forzar la prórroga.
Sin más goles, la final se decidió en los penales. Era la primera vez que una Eurocopa se decidía de esta manera.
Marián Masný, Zdeněk Nehoda, el capitán Anton Ondruš y Ladislav Jurkemik marcaron para Checoslovaquia. Tras el fallo de Uli Hoeness para Alemania Occidental, el escenario estaba listo para Antonín Panenka, cuyo audaz penal de vaselina superó a Sepp Maier y se convirtió en uno de los momentos más icónicos del fútbol al punto de que este disparo lleva su apellido.
La alineación checoslovaca se formó con jugadores de clubes eslovacos como el Slovan Bratislava, el Spartak Trnava, el Inter de Bratislava y el VSS Košice. El portero Ivo Viktor fue el héroe bajo los palos, pero fue el núcleo eslovaco el que le dio al equipo su resiliencia y capacidad ofensiva.
Entre los seleccionados para el Equipo de Estrellas del torneo se encontraban los eslovacos Karol Dobiaš, Anton Ondruš, Marián Masný y Zdeněk Nehoda (aunque este último jugó en el Dukla de Praga, era originario de Eslovaquia).
El reconocimiento llegó después de 33 años
Eslovaquia y la República Checa se separaron pacíficamente en 1993. Durante décadas, el título europeo se atribuyó únicamente a los checos.
Ahora, tras las insistentes peticiones de historiadores y autoridades del fútbol de Eslovaquia, la UEFA actualizó sus registros.
Para la afición eslovaca, esto es más que una corrección burocrática: es un reconocimiento largamente esperado a una generación dorada cuya habilidad, coraje y talento contribuyeron a asegurar uno de los mayores logros deportivos del país.
Información de The Slovak Spectator / Redacción Goal Line
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