La actividad física tiene muchos beneficios para la salud mental. Puede ayudarte a controlar el estrés, sentirte más seguro/a y mejorar tu estado de ánimo. También puede aliviar los síntomas de trastornos mentales como la ansiedad y la depresión.
La actividad física puede mejorar tu salud mental de muchas maneras. Exploremos algunos de los principales beneficios:
Mejora el estado de ánimo
Cuando haces actividad física, tu cerebro libera sustancias químicas que generan bienestar, llamadas endorfinas y serotonina. Estas mejoran el estado de ánimo de forma natural, reducen la tensión y el estrés, y te dan más energía.
Reduce los niveles de estrés
El estrés puede aumentar el riesgo de problemas de sueño y sensación de agobio a corto plazo, y de problemas de salud mental y enfermedades cardíacas a largo plazo.
La actividad física reduce el nivel de hormonas del estrés (adrenalina y cortisol) en el cuerpo, lo que te hace sentir menos estresado/a. También puede aliviar los efectos físicos del estrés acumulado, como dolor de espalda, dolores de cabeza, dolor de cuello o problemas estomacales. Esto ayuda al cuerpo a relajarse.
Mejora tu autoestima
La autoestima es cómo te sientes contigo mismo/a, incluyendo cuánto te valoras y crees en ti. La actividad física puede mejorar tu autoimagen y aumentar tu autoestima. También puede brindarte una perspectiva más positiva, facilitando una vida plena.
Reduce los síntomas de la depresión
Ser físicamente activo/a ofrece cierta protección contra la depresión si no la has experimentado antes y reduce los síntomas si ya existe.
Cualquier forma de actividad física puede ayudar a aliviar los síntomas de la depresión.
Disminuye los niveles de ansiedad
La actividad física puede aliviar la ansiedad, ayudando a reducir los síntomas de los trastornos de ansiedad y su impacto físico en el cuerpo. Lo hace de la misma manera que reduce el estrés: la liberación de endorfinas y otras sustancias químicas que generan bienestar ayuda a que tu cuerpo se sienta más relajado y tranquilo.
¿Cómo ser más activo/a físicamente para tener una mejor salud mental?
Es normal que te encuentres con varias barreras para hacer ejercicio. Pero estas barreras no tienen por qué impedirte llevar una vida físicamente activa.
Estos son algunos consejos para ayudarte a aumentar tu actividad física:
Encuentra una actividad física que te guste
Si te dijeran que lavar los platos es bueno para tu salud física y mental, ¿te animarías a hacerlo? Probablemente no. Lo mismo ocurre con la actividad física. Es más probable que te mantengas activo e integres el ejercicio en tu vida si encuentras actividades que disfrutes.
Empieza poco a poco y ve aumentando gradualmente
Cuando se trata de ser más activo, es fácil precipitarse y hacer promesas que luego cuesta cumplir. Por eso, lo mejor es tomarse el tiempo necesario y aumentar gradualmente la actividad física.
Puedes empezar añadiendo 10 minutos de movimiento al día y luego añadir 10 minutos más cada semana. Antes de que te des cuenta, estarás haciendo 30 minutos de actividad física al día.
¡Actívate!
Ser más activo físicamente no tiene por qué implicar grandes cambios en tu rutina. En cambio, puede consistir en hacer pequeños ajustes a las actividades que ya realizas. Por ejemplo, si trabajas desde casa, puedes usar una cinta de correr debajo de tu escritorio.
Fíjate una meta
Fijarte metas puede ayudarte a rendir mejor, ya que mejora la concentración y la motivación, y te da un sentido de propósito. Sin embargo, ten cuidado con el tipo de meta que te fijas. Las investigaciones demuestran que las metas que se centran en el rendimiento en lugar del proceso en sí pueden ser desmotivadoras.
Por ejemplo, una meta como «Correr 1,6 km en 12 minutos» probablemente sea menos efectiva que «Salir a correr tres veces por semana».
Muévete más en casa
El hogar es un lugar fantástico para descansar, pero esto puede significar que sea uno de los lugares donde menos te mueves. Los largos periodos de inactividad pueden aumentar el riesgo de depresión, demencia, aumento de peso, diabetes y otros problemas de salud física y mental. Por lo tanto, moverse más en casa es importante para tu salud.
Una de las maneras más fáciles de reducir los largos periodos de inactividad en casa es incorporar actividad física a las tareas cotidianas, como:
- Dar un pequeño paseo después de cenar
- Usar un escritorio de pie para poder trabajar parado
- Hacer estiramientos diarios mientras estás sentado en tu escritorio
- Levantarse y caminar un poco cada hora
Involucra a tu familia o amigos
Los estudios demuestran que hacer ejercicio con otras personas puede ayudarte a mantener la motivación y a ser constante, reduciendo así la probabilidad de faltar a una sesión.
Sin embargo, al elegir con quién entrenar, intenta que sea alguien con un nivel de condición física similar al tuyo. Escoger a alguien mucho más activo físicamente puede ser desmotivador y desalentador.
Información de Mental Health UK / Redacción Goal Line
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