Un reciente estudio sugiere que la exposición prolongada al aire contaminado puede reducir drásticamente los beneficios para la salud que normalmente se obtienen del ejercicio regular.
La investigación analizó información de más de 1,5 millones de adultos monitoreados durante más de diez años en países como Reino Unido, Taiwán, China, Dinamarca y Estados Unidos.
Contaminación por partículas finas y cómo afecta al organismo
Los autores examinaron las concentraciones de partículas finas, también llamadas PM2,5. Estas partículas miden menos de 2,5 micrómetros de diámetro. Son lo suficientemente pequeñas como para penetrar profundamente en los pulmones y pasar al torrente sanguíneo.
El estudio reveló que los beneficios del ejercicio se redujeron significativamente cuando los promedios anuales de PM2.5 alcanzaron los 25 microgramos por metro cúbico (μg/m³) o más.
“Nuestros hallazgos enfatizan que el ejercicio sigue siendo beneficioso incluso en entornos contaminados. Sin embargo, mejorar la calidad del aire puede potenciar considerablemente estos beneficios para la salud”, dijo el investigador principal, el profesor Po-Wen Ku, de la Universidad Nacional Chung Hsing (Taiwán).
El coautor, el profesor Andrew Steptoe, del Departamento de Ciencias del Comportamiento y Salud del UCL, añadió:
“Nuestro estudio demuestra que el aire tóxico puede, hasta cierto punto, bloquear los beneficios del ejercicio, aunque no eliminarlos. Los hallazgos son una prueba más del daño que la contaminación por partículas finas puede causar a nuestra salud”.
La contaminación puede reducir a la mitad los beneficios del ejercicio
Para realizar su análisis, el equipo combinó los resultados de siete estudios previos, tres de los cuales no se habían publicado previamente. Fusionaron las estadísticas resumidas de todos los estudios y volvieron a analizar los datos individuales de tres de ellos.
En el conjunto de datos combinado, las personas que completaron al menos dos horas y media de ejercicio moderado o vigoroso a la semana tuvieron un 30 % menos de riesgo de morir durante el período del estudio que quienes no alcanzaron este nivel de actividad.
Sin embargo, entre las personas que realizaron este nivel de ejercicio pero vivían en zonas donde los niveles de PM2,5 superaban los 25 μg/m³, el beneficio se redujo a entre el 12 % y el 15 %.
La protección que proporciona el ejercicio se debilitó aún más con niveles de contaminación superiores a 35 μg/m³. En estas condiciones, la reducción de las muertes por cáncer dejó de ser significativa. Alrededor del 36 % de la población mundial vive en lugares donde los niveles promedio anuales de PM2,5 superan los 35 μg/m³. μg/m³.
Limitaciones del estudio y contexto global
Los autores señalaron varias limitaciones. Dado que la mayoría de los datos procedían de países de altos ingresos, es posible que los resultados no representen plenamente las condiciones en las regiones de bajos ingresos, donde los niveles de PM2.5 con frecuencia superan los 50 μg/m³.
Los investigadores también carecían de información detallada sobre la calidad del aire interior y la dieta de los participantes.
Aun así, el análisis tuvo en cuenta muchos otros factores, como los ingresos, la educación, el tabaquismo y la presencia de enfermedades crónicas en los participantes.
La relevancia de esta investigación radica en que casi la mitad (46 %) de la población mundial vive en regiones donde la contaminación iguala o supera los promedios anuales 25 microgramos por metro cúbico (μg/m³) de PM2.5.
Información de SciTechDaily / Redacción Goal Line
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