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    Por qué los Golden State Warriors siguen siendo una amenaza en el Oeste

    Hace ya una década que los Golden State Warriors empezaron a construir su dinastía para 2026. Hoy, muchos los dan por equipo “quemado”, superado por nuevos poderes del Oeste. Pero esa lectura simplista subestima su potencial real.

    De entrada: las apuestas consideran que Golden State tiene solo la séptima mejor probabilidad para ganar el Oeste. Lo colocan detrás del Thunder (defensor del título), Nuggets, Rockets, Lakers, Timberwolves y Clippers.

    Eso suena duro, sobre todo para un equipo que tiene historial, experiencia e instinto ganador. Sí, el roster arranca con advertencias: podría ser la primera vez que un equipo abra un partido con cinco jugadores de 33 años o más si Buddy Hield se suma al quinteto titular junto a Curry, Butler, Draymond Green y Al Horford. Pero el dato estadístico y la química importan… y podrían inclinar la balanza.

    Continuidad + refuerzos = argumento real

    Aquí es donde los Warriors juegan con ventaja: continuidad. Doce de los 13 jugadores que más minutos aportaron en los playoffs de 2025 regresan para la temporada 2025-26. El único que se fue fue Kevon Looney, y lo reemplazan con un veterano interesante: Al Horford, que llega para estabilizar el juego interno y darle a Curry un compañero que estire la cancha. 

    Horford no es un interior tradicional: es letal desde los 3 puntos para un big man (40,9 % en los últimos años) y suma defensa, inteligencia y presencia. Ese perfil le da músculo al frente con Butler y Green, que pueden ser irregulares ofensivamente. 

    El respaldo del “viejo caballero” que los Golden Stat Warrios tienen bajo la manga para 2026

    Veamos números duros:

    Antes del cambio por Butler, Golden State estaba 25-26 con un net rating negativo. Tras su llegada, el equipo lideró la NBA en rating defensivo y fue tercero en net rating. 

    Su tramo postcambio fue de 23-8; eso proporcionalmente habla de un equipo de 60+ victorias. 

    En jugadores con impacto por posesión (xRAPM), cinco Warriors están entre los mejores: Curry, Butler, Green, Horford y Podziemski. Solo ellos, Thunder y Rockets tienen tantos.

    Y detrás del núcleo, tienen profundidad: Hield, Kuminga, Payton II, Moody, Melton, Post, Jackson-Davis… 11 jugadores mejor que el promedio según sus métricas. Igualados con OKC en ese rubro.

    Curry ha promediado perder 15 partidos por temporada en los últimos años; Butler no ha alcanzado 65 juegos completos desde 2018-19. Su principal riesgo es la combinación de descansos, lesiones y fatiga. Cuando Curry baja, los Warriors sin Butler tendieron a debilitarse gravemente

    Jonathan Kuminga debe tener un rol clave. En partidos sin Curry ni Butler fue el mejor anotador: 24,3 puntos con 55 % de efectividad en los últimos juegos de playoffs. Y además, él es el comodín salarial que permite otro movimiento en el mercado si lo necesitan.

    La competencia del Oeste: brutal, pero con grietas

    El panorama del Oeste no es para relajarse. Está más competitivo que nunca. 

    Houston tiene un enorme problema: Fred VanVleet sufrió una rotura de ligamento cruzado. Minnesota ha envejecido; Conley y Gobert ya no son jóvenes, y su soporte joven es inexperto. 

    Los Lakers afrontan rotaciones cortas, potenciales lagunas defensivas y la incertidumbre de un LeBron lesionado. Clippers tienen el mismo dilema etario que los Warriors, más los riesgos extra de la situación alrededor de Kawhi.

    Así también, OKC ni Denver son invencibles frente a Golden State. En las últimas dos temporadas, los Warriors han enfrentado al Thunder 7 veces, ganando 3 y perdiendo 4. Dos de esas derrotas fueron en tiempo extra; en otras dos, Curry no jugó. Butler tampoco estuvo presente. Eso demuestra que no hay “terror absoluto” si los astros se alinean.

    Los Warriors no son favoritos absolutos para encabezar el Oeste. Pero tampoco un equipo pasado. Están en ese incómodo terreno en el que todos los pronósticos los dejan afuera, pero ellos siguen construyendo argumentos para resetear expectativas.

    Este año no se trata de reconstruir. Se trata de exprimir al máximo lo que les queda, de capitalizar su sinergia y de desafiar el discurso de “adelantados” que hoy posee OKC. Si la química mantiene, si las piernas resisten y la salud acompaña, los Golden State Warriors podrían volver a robarse el show en el Oeste para el 2026.

    Información de ESPN/ redacción Goal Line

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