Una investigación en la que participaron más de 1200 adultos descubrió que una práctica diaria de mindfulness (también conocido como ‘atención plena’) de 10 minutos puede mejorar la motivación para hacer ejercicio, así como conducir a otros hábitos saludables, por ejemplo, un mejor sueño.
En ocasiones, los corredores más dedicados experimentan que los trucos de motivación habituales, como preparar la ropa de entrenamiento la noche anterior, configurar una notificación o reclutar a un compañero para correr, no siempre son tan efectivos. Ni se diga para aquellos que son menos disciplinados.
Esto es importante porque, cuando la motivación falta, las personas tienden a dejar de hacer ejercicio por completo.
Los investigadores descubrieron que hay una herramienta en particular que permite desbloquear aquello que impulsa a las personas a levantarse y a moverse. Esa herramienta es el entrenamiento de mindfulness, es decir, la práctica de estar presente y tomar conciencia del cuerpo, la mente y el entorno.
Y no es solo la motivación lo que la atención plena puede aumentar, según el estudio publicado en el British Journal of Health Psychology.
Detalles del estudio
Los investigadores analizaron a 1247 participantes de 91 países, que se dividieron en dos grupos: uno realizó 30 días de práctica estructurada de meditación consciente, que incluyó instrucción sobre temas como el establecimiento de intenciones, escaneos corporales, respiración profunda y concentración en la respiración, y autorreflexión. El otro grupo actuó como control, pero se le pidió que prestara mucha atención durante una sesión diaria de escucha del audio libro Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas.
Ambos tipos de sesiones fueron diseñadas para ser relajantes y estimular la escucha activa, y tenían la misma duración: 10 minutos diarios. Además, ambas se impartían de forma digital, lo que significaba que los participantes podían establecer sus propios horarios y realizar las sesiones donde quisieran.
Después de 30 días, ambos grupos informaron mejoras en la ansiedad y el bienestar general, pero el grupo de mindfulness (el primero) mostró niveles significativamente más altos de interés en desarrollar conductas saludables, incluidos mejores hábitos de sueño y ejercicio más regular.
Los investigadores sugirieron que esto podría deberse a que el entrenamiento de mindfulness puede tener un efecto positivo en las capacidades de autorregulación (o la capacidad de controlar el comportamiento, los pensamientos y los sentimientos), que son cruciales para el cambio de comportamiento.
Este tipo de cambio puede persistir incluso después del final de un bloque de entrenamiento de mindfulness, agregaron los investigadores.
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