Luego de una primera mitad de temporada regular muy por debajo de las expectativas, las actuaciones del beisbolista venezolano Gleyber Torres dieron un giro de 180 grados, un rendimiento que ha llevado consigo a la postemporada de la Major League Baseball (MLB).
Según Brendan Kuty, un reportero del medio The Athletic que cubre a los “mulos”, este repunte se debe a un actor inesperado.
El infielder colombiano Giovanny “Gío” Urshela no ha jugado un partido para los Yankees en tres años (pasó por distintos equipos hasta calar en la organización de los Atlanta Braves, donde permanece), pero Torres todavía lo cuenta entre sus mejores amigos. Ambos pasaron juntos el receso del Juego de las Estrellas en las instalaciones de las que son copropietarios en Tampa, Florida.
Un comienzo mediocre
El caraqueño transitaba su último año de contrato sin pena ni gloria al batear para .231 con un OPS de .654, con lógicas preocupaciones sobre lo que tal desempeño podría significar para su futuro con la divisa neoyorquina. Así que tomó acciones al respecto.
Con Urshela a su lado, y un entrenador personal de bateo que conoce bien su swing, Torres pasó el receso del All Star Break tratando de “arreglar todo en tres días”.
Urshela le hizo ver a Torres que estaba bateando demasiados rodados hacia el campocorto y la tercera base. La cuestión es que cuando el venezolano está en su mejor momento, batea hacia la banda contraria, lo que se convirtió en el foco de su trabajo antes de regresar a la acción.
Y este enfoque funcionó
En 61 juegos después del receso, Torres regresó a ser el bateador que los Yankees esperaban, al conectar para .293 con un OPS de .780.
Ese desempeño lo ha trasladado a la postemporada, instancia en la que ha servido de inspiración para sus compañeros. En los primeros cinco juegos de los playoffs, el venezolano llegó a base 10 veces en 25 apariciones en el plato.
Retribuyendo la confianza
El segunda base de 27 años ha agradecido al manager de los Yankees, Aaron Boone por mantenerlo en la alineación durante sus luchas y ayudarlo a creer en sí mismo.
Hubo una suspensión de dos juegos a fines de junio y otro juego a principios de julio cuando Boone sacó a Torres a mitad del juego por no apresurarse con una pelota elevada que él pensó que era un jonrón.
A pesar de ello, el estratega continuó siendo uno de los mayores partidarios de Torres, lo que no pasó desapercibido para el infielder.
“Cuando toda tu organización cree en ti, no te cambian en esos momentos, te retienen y te muestran su cariño, tienes que encontrar la manera de mejorar y ayudar al equipo”, dijo Torres.
Por su parte, Boone ha reconocido el esfuerzo del criollo por seguir adelante y convertirse en el jugador de gran impacto que necesitan los Yankees, sobre todo cuando el equipo más lo necesita.
Queda por ver si la vuelta a la vida de Torres será suficiente para que los Yankees le otorguen otro contrato al finalizar la presente campaña.
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